Ante todo, y dada la cercanía, hay que visitar Las Bardenas, que la Unesco ha declarado Reserva de la Biosfera con dos Reservas Naturales (Rincón del Bu y Caídas de la Negra) y tres grandes Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPAS), que se recorren a pie, bicicleta, caballo y vehículos a motor.
No lejos, en Árguedas, está el Parque de Aventura y Diversión Sendaviva. La capital de la Ribera es Tudela, en la que destaca la catedral en su patrimonio histórico-artístico repleto de palacios barrocos y renacentistas.
Al noroeste sobresale el conjunto medieval de Olite y su buen vino (además hay Museo del Vino). Recomendable es igualmente conocer la Laguna de Pitillas y el Monasterio de la Oliva.
Localizado en el sureste de Navarra a caballo entre la zona media y sur. Casa consistorial del s. XVIII cerca de la parroquia de Santa María comenzada a construir en 1528 aprovechando elementos protogóticos de la anterior iglesia, y torre campanario del s. XVII; el retablo mayor es romanista.Proveniente del monasterio de La Oliva hay en la parroquia un retablo del s. XVII y la sillería barroca del coro.
Abundan casas del s. XVI, algunas de ellas blasonadas. El municipio está dotado de los servicios básicos así como piscinas en época estival, cancha deportiva y frontón. Hay una red de senderos balizados para el paseo o un río apropiado para la práctica de kayak.
Qué visitar...
(a 23km)
Tras su apariencia desnuda e inhóspita, las Bardenas Reales atesoran grandes valores naturales y paisajísticos que cada año atraen a miles de personas y cuyo territorio ha sido declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco nada menos.
(a 22km)
Perdido en lo alto de una meseta, sin ríos que le refresquen ni árboles que le cobijen, embriagado por una aparente soledad se alza Ujué, un bello pueblo medieval de estrechas calles que recorren pronunciadas cuestas para concluir, en lo alto, ante el Santuario-Fortaleza de Santa María de Ujué.
(a 19km)
Caminar por Olite es adentrarse en una trama urbana medieval fascinante en la que sobresale su gótico castillo palaciego con sus gruesos muros y torres almenadas. Caserones de piedra con
sus blasones y el buen vino esperan al visitante igualmente.